Futuro vs Presente

Nuestros objetivos suelen ser a largo plazo: dentro de X meses quiero trabajar o quiero acabar la carrera o quiero irme a nosedonde en verano...o lo que sea. Vamos tan encaminados hacia un futuro -incierto- que no vemos el día a día. Tan sólo pasamos por el día de hoy, sin aprovecharlo porque...al fin y al cabo, no es más que un día más de la rutina que me lleva hacia mi objetivo: el futuro.
Incluso en los objetivos a corto plazo, no disfrutamos demasiado el día a día. No será la primera vez que alguien se pasa toda la semana pensando en el sábado y, cuando llega, apenas le da tiempo a saborearlo, pues ya lo poco que no había pensado mil veces como ib a suceder, pasa demasiado rápido.
Entiendo que haya que tener una meta. Sino, lo más seguro es que nos perdiéramos entre las mil ramificaciones que puede tomar nuestro camino. Una cosa es tener una meta a la que encaminas tus pasos y, otra muy diferente, vivir en la meta antes de haber llegado, sin disfrutar el camino. Esto me recuerda a una cita que leí en algún lugar...me temo que no se ni donde (esto me pasa por leer tanto).

Bueno, esta pequeña reflexión que espero os mueva un poco la neuronilla, no sea que se duerma ;)