<head> humanoids: Buk

miércoles, marzo 09, 2005

Buk

A la noche siguiente tampoco podía dormir. Crucé el vestíbulo hasta la cortina de cuentas y miré. Esta vez Carol tenía una mesa en el centro de la habitación. Era una mesa de roble, casi negra, de anchas patas. Carol estaba tumbada en la mesa, las nalgas justo en el borde, las piernas separadas, los dedos de los pies justo rozando el suelo. Se cubría el coño con una mano, luego la apartó. A1 apartarla, todo su cuerpo pareció ponerse de un rosa claro; la sangre lo bañó todo, luego desapareció. El último rosa colgó un instante justo debajo de la barbilla y alrededor del cuello y luego se desvaneció y su coño se abrió levemente.
El tigre daba vueltas a la mesa en lentos círculos. Luego empezó a hacer círculos más rápidos, la cola balanceante. Carol lanzó aquel gemido sordo. Cuando hizo esto, el tigre estaba directamente enfrente de sus piernas. Se detuvo. Se alzó. Colocó una zarpa a cada lado de la cabeza de Carol. El pene extendido; era gigantesco. El pene llamó a su coño, buscando entrada, Carol puso la mano sobre el pene del tigre, para guiarlo. Ambos se columpiaron en el borde de un calvario insoportable y ardiente. Luego, una parte del pene entró. El tigre sacudió bruscamente los lomos. Entró el resto... Carol chilló. Luego subió las manos y rodeó con ellas el cuerpo del tigre mientras él empezaba a moverse. Volví a mi habitación.


Del libro "La máquina de follar" (no recuerdo el título del relato en concreto) de C. Bukowski.

Para más información sobre la obra del autor, que no es erótica en su totalidad, ni mucho menos, podéis visitar la web.