Más bebés...

Mira la foto. Se llama Ana. Ahora piensa, ¿qué será esta niña de mayor? ¿Qué estudiará, si estudia? Cualquier cosa es válida, sólo piensa una profesión. ¿Ya? ¿Seguro que lo has pensado? Si es que no, más te vale usar esa neurona que anda olvidada por ahí ya mismo.
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Bueno...ahora...resulta que no se llama Ana, sino Lucas. Espero que esto no suponga un problema. ¿Cambias la expectativa de futuro que habías imaginado? ¿Si? ¿No?

Ahora llega la reflexión:
a) Si has cambiado la profesión, quiere decir que, lo creas o no, tienes algún que otro prejuicio sexista. El médico recomienda más empatía, mente abierta, lecturas sobre el tema...

b) Si no has cambiado nada, una de dos: o has dejado a Lucas currando de enfermero (lo cual es viable) o tienes una cabecita lo suficientemente igualitaria como haber permitido, a primera vista, que Ana llegase a cualquier profesión, desde camionera hasta presidenta del gobierno, pasando por cualquier cosa.

Este ejercicio se lleva a cabo en muchos cursos, seminarios y charlas de concienciación frente a la igualdad de sexo. Generalmente, si no ha habido un trabajo previo sobre el tema, suelen aparecer las palabras "enfermera", "maestra", "periodista"...cada día menos, pero hasta que se escuche "enfermero" y "maestro" con la misma frecuencia, no podremos dejar de dar la lata.

Ojalá os haga reflexionar.