"Son tantas las veces que he pasado por aquí..."

La vida se vuelve rara...que mejor que refugiarse en las montañas, como antiguamente durante las guerras. Con mi poquísimo mundo, el único lugar entre montañas que se me ocurre es Valdeteja, el pueblecillo al que suelo ir en vacaciones. Es muy triste ir siempre a un lugar, más aún si ese lugar es excesivamente pequeño, la gente excesivamente conservadora y tus ganas de parecer buena persona, excesivamente escasas.
Me imagino que el único motivo por el que, yendo por la calle, sigo imaginándome que estoy allí, alejada de todo este mundillo, es que de momento no se me ocurre ningún otro sitio perdido en alguna cordillera, en medio de un valle, rodeado de montañas, apenas sin farolas que te impidan disfrutar de las estrellas.

También por la calle, recurro a los escasos recuerdos que quedan en mi mente para huir de la aglomeración en el tren, de los atascos, del ruido. La niebla bajando por la ladera me da ánimos para afrontar un nuevo día. A veces son los únicos ánimos. Desearía pasarme allí la vida, incluyendo un mar cercano, quizá detrás de alguno de los montes, en cuya playa instalaría un museo y una estación de tren, para poder sentarme a ver pasar a la gente, en su ir y venir. Incluiría un colegio, para reeducar. Y una máquina del tiempo. Y un olvidador, para no tener que tener en cuenta todos aquellos sitios que dejé atrás.
¿Conocéis ún lugar así? Buscadme por allí ;)
Y no me hagáis mucho caso.